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lunes, 22 de julio de 2013

La urdimbre civil de la dictadura segunda parte: Etchepare y la Comisión Nacional de Valores, y el personal civil de inteligencia



El pasado 15 de abril por orden del juez Daniel Eduardo Rafecas, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, fue detenido  Juan Alfredo Etchebarne por delitos de lesa humanidad y, junto a otros represores, fue trasladado a la cárcel de Marcos Paz. Durante la dictadura cívico militar el abogado Etchebarne presidió  la Comisión Nacional de Valores (CNV) de junio de 1976 a 1981, y está imputado de participar en el secuestro y los tormentos de 28 personas desde septiembre a diciembre de 1978, cuando los secuestrados fueron legalizados. Todas las víctimas estaban vinculadas al caso del Banco de Hurlingham, que había sido de los Graiver. 

Desde la dirección de la CNV Etchebarne la convirtió en una herramienta política del Ministerio de Economía, pero no como órgano rector del sistema financiero (para lo que fue creada en 1968, por el dictador Juan Carlos Onganía), sino como una central de inteligencia del terrorismo de estado, asociada al accionar represivo del Comando del Primer Cuerpo del Ejército, para pasarle información de empresarios y financistas, y así secuestrar y robar a más de 130 acusándolos de "subversión economica" y otros delitos inventados. Lo que el juez Rafecas describe en su fallo como un "plan criminal y clandestino de represión" del terrorismo de estado durante la dictadura cívico miltar.

El martes 16 de julio el juez Rafecas dispuso finalmente el procesamiento con prisión preventiva de Etchebarne, y del ex coronel  Francisco Obdulio D´Alessandri, el ex Gendarme Víctor Enrique Rei, y al ex agente civil de inteligencia del Ejército Raúl Guglielminetti; Rei ya estaba detenido desde el 2004 y condenado desde el 2009, por la apropiación de Alejandro, hijo de Liliana Fontana y Pedro Sandoval, secuestrados el 1 de julio de 1977, que están desaparecidos. En la causa del Banco de Hurlingham, iniciada en junio del 2010, también estaban imputados el fallecido ex coronel Roberto Roualdes (que comandaba los secuestros) y ex teniente coronel Raúl Gattica. Entre otras víctimas, Enrique Lucio García Mansilla, Rosa Dominga Laurito y Raúl Ramón Aguirre Saravia, deunciaron que Etchebarne estuvo presente en los interrogatorios y apremios ilegales en Campo de Mayo y el Vesubio, también se denunciaron a dos abogados de la CNV  René Garris y Julio Eduardo Juan Spinosa. Este último fue felicitado en 1979 por Etchebarne, por su eficiencia durante una misión para la que había sido designado a pedido del Comando del Comando del Primer Cuerpo deEjército.

Antes de 1976 Etchebarne había sido directivo de la acería Acindar y era amigo personal del ministro de Economía José Alfredo  (presidente del directorio de  Acindar) y también miembro del Grupo Azcuénaga, cuyos integrantes ocuparon varios lugares claves en la dictadura cívico militar.

Entre las víctimas estaban René Carlos y Luis Grassi, Jorge Giménez, Raúl Alberici, Edgardo Cardona, Fernanda Fabri, Luis Pignataro, Rosa Laurito de Ernaiz, Raúl  Aguirre Saravia, Marcelo y Juan Claudio Chavanne, Sara Duggan, Jorge Tejerina, Enrique García Mansilla, Francisco García Ordats, Alejandro Pinedo, Jaime Fernández Madero, Jorge Bulleraich, Bernardo Duggan, Marcelo Santurio, Aurelio Cid y Mauricio Lichtenstein. Todos estuvieron secuestrados en diferentes centros clandestinos de detención (CCD) y en el CCD de la  Prisión Militar de Campo de Mayo (la actual U34 del SPF), eran funcionarios del Banco de Hurlingham o pertenecían mayoritariamente como dueños directivos,  gerentes y secretarios, a dos grupos empresarios, uno era de las Industrias Siderúrgicas Grassi, y el otro del rubro inmobiliario, los Chavanne. Estos dos grupos se asociaron para comprar el banco de Hurlingham a Lidia Papaleo y los Graiver; pero el banco fue intervenido por la  Comisión Nacional de Recuperación del Patrimonio Argentino (la Conarepa), que delegó las decisiones en Christian J. Zimmerman, vicepresidente del Banco Centrál (BCRA), y Alberto Rodríguez Varela (el ministro de Justicia y luego abogado defensor del genocida Videla), designó como veedor al jurista Gregorio Badeni (un "constitucionalista" aún citado por los medios monopólicos y presidente de la Academia Nacional de Derecho), mientras las víctimas de los grupos Grassi y Chavanne estaban detenidos clandestinamente y eran torturados. Finalmente el BCRA, con Adolfo Diz a la cabeza, liquidó el banco de Hurlingham, aunque se oponían los técnicos del propio Banco Central. Así también se lograba sacar del medio a las Industrias Grassi, porque se interponía en la reconversión de Acindar que pretendían Martínez de Hoz y sus socios. Esa reconversión se inició persiguiendo a los trabajadores de la acería con el operativo denominado "Serpiente Roja del Paraná", del 20 de marzo de 1975, cuando por orden del gobierno de la ex presidenta María Estela "Isabelita" Martínez se detuvieron a más de trescientos trabajadores, entre ellos los principales dirigentes de la UOM de Villa Constitución y dentro de Acindar hubo un centro clandestino de detención del gobierno democrático, donde desaparecieron más de 30 trabajadores.

Según declaró a Télam Jorge Devincenzi (de la Sec.de DDHH nacional),  Martínez de Hoz y Etchebarne estaban secundados "por Christian Zimmerman en el Banco Central, Juan Alemann en la Secretaría de Hacienda y Guillermo Walter Klein en la Secretaría de Programación Económica", para apropiarse de los bienes que habían pertenecido a David Graiver y en favor de otros grupos económicos domésticos y multinacionales. Recientemente en un informe de la CNV se denunció que fueron, al menos, 130 los empresarios, financistas y agentes de bolsa secuestrados y despojados de sus bienes durante la dictadura cívico miltar por información brindada por la misma CNV. 

El personal civil de inteligencia

El personal civil de inteligencia del Ejército (PCI), no sólo clasificaba y ordenaba los informes remitidos al y del Batallón 601, sino que muchos integraban los grupos de tareas que secuestraban, asesinaban y torturaban. La pasada semana la sala III de la Cámara de Casación Penal revocó la prisión domiciliaria que le había otrorgado el Tribunal Oral Federal número 1, al represor Ariel Antonio López. Este se desempeñaba como PCI en el Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario y desde el 9 de agosto próximo sera juzgado en el marco de la causa "Porra" (también conocida como "Oscar Pascual Guerrieri II), junto a otros 11 represores, como los civiles Ariel Zenón"El Puma" Porra, Marino Héctor González, Juan Andrés "El Barba" Cabrera y Alberto Enrique Pelliza.
López fue procesado en esta causa por el juez Marcelo
Martín Bailaque, del juzgado Federal nº 4 de Rosario, en octubre de 2009, como coautor de privación ilegal de la libertad, agravada, por mediar violencia y amenazas en concurso real con el delito de tormentos que damnificaron a 17 víctimas, y por 14 homicidios de personas que fueron secuestradas en el CCD conocido como "Quinta de Funes", como así también hacia los que fueron alojados en el CCD de la  Fábrica Militar de Armas "Domingo Matheu". El Juzgado Federal nº 2 de San Nicolás a cargo de Carlos Villafuerte Ruzo también procesó a Ariel López junto a los genocidas Reynaldo Benito Antonio Bignone y Luis Abelardo Patti, y varios PCI del 121 y el 122.
Otro ex integrante del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario que va a ser juzgado, el represor Marino Héctor González, fue trasladado en junio pasado a la Unidad Penal Nº 1 de Paraná.

Algunos otros de los que fueron Personal Civil de Inteligencia del Ejército y que están imputados o procesados o condenados son Nicolás Correa, Eleodoro Jorge "lolo" Hauque, Horacio Américo "Quique" Barcos (secuestrador del prof. José Alberto Tur
), Gustavo Francisco "german" Bueno, Eduardo Rodolfo Costanzo, Carlos Gabriel Jesús Isach, Rodolfo Daniel Isach, Walter Salvador Dionisio Pagano,  Jorge Walter Perez "doble V" Blanco,  Walter Roberto Roscoe, Carlos Antonio Sfulcini, Eduardo Rebechi, César Luis Frilocchi, Juan José Luis Gil, Julio Adelaido "Tipi" Ramos.

 

lunes, 1 de octubre de 2012

La urdimbre civil de la dictadura: Reynal y la policía bancaria

El pasado 19 de septiembre debió declarar ante los jueces Eduardo Farah y Eduardo Freiler - de la Sala II de la Cámara Federal porteña - Alejandro Reynal, ex vice presidente del Banco Central durante la última dictadura cívico militar. La audiencia oral se hacía para decidir si se reabre la causa por el despojo, en 1980, del Banco Latinoamericano a su titular, Eduardo Saiegh. Esta reapertura es necesaria porque en el 2000 prescribió la causa 6279/97, por la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

La reapertura fue pedida por Saiegh y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y ya tiene dictamen favorable del fiscal federal Eduardo Taiano, el pedido de declarar nula la resolución que lo sobreseyó a Reynal por prescripción, se basa en que el caso sea considerado como delito de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptible.

El ex vice del BCRA, Alejandro Reynal
Lo que fundamenta el dictamen del fiscal es que en octubre de 1980 Saiegh fue detenido ilegalmente por funcionarios de la División Bancos de la Policía Federal (considerado como un “grupo de tareas” el cual, durante la dictadura, actuaría por órdenes de las autoridades del Banco Central), esto se hizo falsificando en el Banco Central una denuncia anónima contra Saiegh. Este estuvo desaparecido una semana, en la cual fue torturado en la sede de la División Bancos en el Banco Nación que está en Bartolomé Mitre y 25 de Mayo (aún existe), y en el Departamento Central de la Policía Federal. Lo hicieron para que confesara delitos inexistentes y que firmara la autoliquidación voluntaria del Banco Latinoamericano. Saiegh dijo que los responsables directos de las torturas fueron el comisario Ángel Iannbelli (jefe de la División Bancos de la Policía Federal), y el comisario Héctor Cereda, quienes ya fallecieron, otros posibles miembros del “grupo de tareas” siguieron en la fuerza hasta hace poco, como el comisario general Jorge Oriolo o continúan como el comisario mayor Sebastián Seggio (jefe de Planificación y Desarrollo de la Federal). Para poder identificarlos Saiegh, junto a la Comisión Nacional de Valores, pidió que se abran los legajos de los policías federales que formaban parte de División Bancos, y así al ver las fotografías aquel momento, se pueda reconocer a los que intervinieron en este caso.

Eduardo Saiegh denunció que Reynal ordenó la liquidación de su banco junto al ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz y del entonces ministro del Interior, Albano Harguindeguy. Una de las finalidades para apoderarse del banco era que las autoridades del Central, necesitaban sacar las acciones de Makin S.A. (la controlante de Austral Líneas Aéreas), y, especialmente los comprobantes de una deuda, por más de siete millones de dólares, que se debían recuperar para que se pudiera estatizar la compañía, transfiriendo al Estado Nacional las acciones y el pasivo de la empresa y poder estatizarla. Esto se hizo por decreto rápidamente el 7 de noviembre de 1980, 48 horas después del pedido por nota de los accionistas de la empresa a Martínez de Hoz. Esto se realizó en beneficio de personas allegadas a Reynal, ya que él es primo hermano de William Reynal, principal accionista de Austral, empresa endeudada con el Banco Latinoamericano. Otra de las consecuencias del secuestro fue que el Crédit Lyonnais no compró el Banco Latinoamericano sino el Tornquist, que era propiedad de Francisco Capozzolo, amigo del ministro del Interior Albano Harguindeguy.

Alejandro Reynal fundó y es, desde 1981, presidente del banco de inversión Merchant Bankers Asociados. Recientemente fue funcionario de Macri y tuvo que renunciar por su pasado en la dictadura. 

El caso Saiegh fue denunciado por la Daia como caso emblemático de antisemitismo y logró un fallo favorable del juez Baltasar Garzón en 1999, quien caratuló la causa como de terrorismo de Estado.

Otro de los casos perpetrado por División Bancos de la Policía Federal Argentina fue el de Jorge Fernando Grande, vinculado a una cooperativa de crédito. Grande, denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que fue detenido por este “grupo de tareas” el 29 de julio de 1980, y que estuvo desaparecido y fue torturado en los mismos lugares que Saiegh. 

Además de esta se están investigando otras 604 liquidaciones de compañías de todo tipo (siderúrgicas, agropecuarias, textiles, bancos), en las que se habría utilizado la misma metodología, obligando a sus dueños y/o controlantes a vender o transferir acciones, e incluso cerrarlas o llevarlas a la quiebra por presión, secuestros y tortura.

En julio pasado la jueza federal María Servini de Cubría ordenó la custodia de Saiegh por la Prefectura Naval Argentina, luego de que denunciara haber sido agredido y amenazado en la puerta de su domicilio cuando junto a su mujer fue increpado por un hombre que se les abalanzó al grito de "no se meta con la policía".

viernes, 21 de septiembre de 2012

El genocida Héctor Vergez se negó a declarar

El genocida represor del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército en la última dictadura cívico militar, Héctor Vergez, se negó a prestar declaración indagatoria al inicio del juicio oral en su contra por cuatro secuestros y tres desapariciones. El juicio a cargo del Tribunal Oral Federal 5 de la Capital Federal - integrado por los jueces Angel Nardiello, José Martínez Sobrino y Néstor Costabel - contó con una importante concurrencia de los organismos de derechos humanos y otras organizaciones. 
El genocida Héctor Vergez

Vergez, quien se encuentra detenido en el penal de Marcos Paz por condenas previas, es juzgado por la desaparición del empresario Julio Gallego Soto y del funcionario del Ministerio de Economía Juan Carlos Casariego de Bel, en 1977.  En el proceso también se juzgan la desaparición de Javier Coccoz, militante del ERP, y el secuestro de Cristina Zamponi, su esposa, quien sobrevivió y declarará por videoconferencia. El secuestro de ambos también se había producido ese mismo año.

Casariego de Bel era Director del Registro de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía y se había negado a dar su aval para la estatización de la ex Compañía Italo-Argentina de Electricidad durante la dictadura cívico militar. El funcionario de 24 años de carrera había denunciado irregularidades en las negociaciones para la estatización de la CIAE. Casariego de Bel desapareció el 15 de Junio de 1977, cuando fue a una reunión con secretario de Planificación Guillermo W. Klein. Su esposa nunca fue recibida ni por Klein ni por Martínez de Hoz. Gallego Soto, empresario y contador allegado al ex presidente Juan Domingo Perón, se oponía junto a Casariego a esa operación que benefició a los dueños de la empresa de energía eléctrica. 

Javier Coccoz -entrerriano de 26 años- fue secuestrado por un grupo de tareas el 11 de mayo de 1977 en Lanús. Era miembro del equipo de inteligencia del Ejército Revolucionario del Pueblo, junto a Rafael Andrés Perrota. 




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