lunes, 17 de septiembre de 2012

La Rioja: para Menéndez que lo mira por TV

por Javier Puigdomenech, desde La Rioja

El Tribunal Oral Federal de La Rioja - integrado por los jueces José Camilo Quiroga Uriburu, Jaime Díaz Gavier y Carlos Lascano - volvió a suspender el juicio por los asesinatos de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Fue por un pedido del genocida Luciano Benjamín Menéndez, quien dijo sentirse descompensado durante el testimonio de Aurelio Ortiz, sobre la visita de Menéndez al desaparecido Obispo Enrique Angelelli. La próxima audiencia será el jueves 20 y el genocida Benjamín Menéndez la presenciará por teleconferencia, “rodeado y contenido de sus afectos desde Córdoba”, tal como fuera propuesto por sus abogados defensores. La abogada de la familia Murias, María Elisa Reinoso interpuso un recurso de casación a la resolución y calificó como “un verdadero mamarracho” la propuesta de la fiscalía que tuvo el acompañamiento de la querella del Estado provincial a cargo de Ramiro Fresneda. 

Los informes elaborados por los peritos médicos del Hospital de Clínicas de la Ciudad de Córdoba afirmaban que Menéndez puede participar de cuerpo presente con asistencia por intervalos de dos horas. Este exhorto, no obstante, no fue cumplido por los jueces Uriburu, Díaz Gavier y Lascano. Desde la querella de Murias, la doctora María Elisa Reinoso dijo que “hay una evidente falta de colaboración del gobierno de La Rioja, del Ministerio de Salud y del Hospital Enrique Vera Barros, ya que es su deber proveer de personal necesario para atender la salud de estos genocidas que vienen con informes médicos acerca de su debilitamiento, sobre todo en casos de delitos de Lesa Humanidad”.

Por otra parte, el abogado de Domingo Vera (acusado de asesinato), Juan Carlos Pagotto, también presentó un certificado médico que indica que su patrocinado habría sufrido una crisis hipertensiva. A su vez, los jueces llamarán a dos nuevos testigos apellidados Britos y Tanquía, ambos ex policías.

El truncado testimonio de Ortíz

El supuesto estado débil de salud del genocida Menéndez se dio justo en el momento en que el testigo Juan Aurelio Ortíz, expuso que Angelelli le contó sobre su entrevista con Luciano Benjamín Menéndez y que éste, cuando el Obispo lo invitó a rezar por las víctimas, habría dicho: “toda la subversión son una manga de atorrantes, yo por esos no gasto ni un padre nuestro”.

Entre otras cosas, Ortíz detalló que a Angelelli le contaron que al lado de los cuerpos de Carlos y Gabriel había un papel con 4 nombres de quienes serían los próximos en ser asesinados, entre ellos la ex diputada nacional peronista, escribana Juana Romero de Yampara y dos sacerdotes más, Pintos y Sigampa. Además, reveló que luego de las muertes de los mártires, hubo un informe que realizaron las monjas de Chamical bajo la supervisión de Angelelli y allí decía que “parecería que quien capitaneo todo fue el militar aeronáutico Estrella, de corte fascista y sub-jefe de la Base CELPA, junto a Lázaro Aguirre quien el 19 de julio volvió a estar como Jefe, ya que hasta aquél domingo había estado Estrella”.

Asimismo, el sacerdote Ortíz contó la persecución que sufrían cada vez que querían transitar por las calles o rutas de la provincia “hasta las alpargatas nos revisaban” y que Angelelli estaba dispuesto a renunciar, de ser necesario, para que vuelva la paz. También, recordó que hubo una carpeta que no apareció más, donde el Obispo había anotado "absolutamente todo" acerca de los asesinatos.

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