36 años de Madres, 36 años de lucha
Más
de tres décadas han pasado desde aquel 30 de abril de 1977, en el que
un grupo de Madres que buscaba a sus hijos e hijas, se congregó frente
de la Pirámide de Mayo. Ante el Estado de Sitio que prohibía las
concentraciones, el grupo comenzó a circular a su alrededor, de a dos y con un pañuelo blanco cubriendo sus cabellos como distintivo. Así nació el emblema de la lucha por los Derechos Humanos, en plena dictadura cívico-militar.
En esta especial fecha,
no olvidamos a las primeras madres: Azucena Villaflor, María Eugenia
Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, secuestradas en la
Parroquia de la Santa Cruz en diciembre de 1977. No olvidamos que el mismo horror que arrasó con sus brotes, se llevó sus propias vidas.
El
impulso de las Madres no cesó, a pesar de haber perdido a tres
valiosísimas mujeres, a tres luchadoras. Aparecieron pronto decenas más
alrededor de la pirámide. Y vino luego el
pedido de "Aparición con vida", para nada ingenuo. Así forjaron ellas
esta consigna que, como toda su lucha y parafraseando a Cortázar,
contrariaba los cálculos "más científicos" del Terrorismo de Estado, en lo
conceptual y en el llano de su práctica.
La
importante trayectoria de todas las Madres es imprescindible para
comprender los logros en materia de Memoria, Verdad y Justicia. Ellas
han trazado las líneas de la reparación histórica que se encarnó en las
fuerzas populares y hoy es política de Estado.
En estos 35 años, Madres, queridas Madres, la CTERA las acompaña y las abraza.
Rogelio De Leonardi
Secretario de Derechos Humanos
CTERA
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