Adios a Eduardo Galeano
Este 13 de Abril de 2015
se apago el “fuego” del gran compatriota de la Patria Grande,
Eduardo Galeano.
Los hombres y mujeres de
América Latina que hoy se reconocen en los rostros de sus hermanos
de todo el continente debemos agradecer a Galeano por la obra que
ayudo a parir este nuevo tiempo: “Nuestra derrota estuvo siempre
implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre
nuestra
pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios
y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el
oro se transfigura
en chatarra, y los alimentos se convierten en
veneno
”.
Su lucidez nos mostró a
nosotros mismos como una región saqueada, con una clase dominante
cipaya y un imperio de apetito voraz. Por eso su pluma, su visión
desgarradora, fue un grito destinado a despertar la consciencia de
los pueblos para tomar la historia entre sus manos, porque estamos
ante un momento histórico que nos pone en las puertas de la
independencia definitiva de nuestros pueblos y Eduardo Galeano dedicó
su vida a este anhelo.
Su valentía para narrar
su tiempo es un faro que debe iluminar el camino de nuestros actos y
compromiso, siempre del lado de los trabajadores y el pueblo, se
animó a enfrentar a los poderes del terror que desplegaban las
dictaduras en la región, razón por la cual tuvo que exiliarse en
España.
“La gran mayoría de
los secuestrados y desaparecidos en Argentina está formada por
obreros que desarrollaban alguna actividad sindical. Sin cesar se
incuban, en la inagotable imaginación popular, nuevas formas de
lucha, el trabajo a tristeza, el trabajo a bronca, y la solidaridad
encuentra nuevos cauces para eludir al miedo. Varias huelgas unánimes
se sucedieron en Argentina a lo largo de 1977, cuando el
peligro de
perder la vida era tan cierto como el riesgo de perder el
trabajo.
No se destruye de un plumazo el poder de respuesta de
una clase
obrera organizada y con larga tradición de pelea.”
Gracias Eduardo Galeano
por hacernos amar Latinoamerica, por acercarnos el sueño de la
Patria Grande, por tu lucha incansable de una vida. Hoy nos deja uno
de esos hombres imprescindibles, pero desde sus escritos nacieron
otros miles.
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