Solidaridad con el pueblo mexicano por la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa
La CTERA manifiesta su enérgica condena por los asesinatos de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ocurridos en Iguala, en el estado mexicano de Guerrero y por el secuestro y la desaparición forzada de otros 43 normalistas por parte de la policía local vinculada al narcotráfico. El ataque a los estudiantes y los secuestros se produjeron el 26 de septiembre pasado, cuando estaban en las cercanías de Iguala para recaudar fondos y luego ir a la capital mexicana para sumarse a la marcha conmemorativa del 46º aniversario de la matanza estudiantil de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968. Esa masacre marcó la lucha los sectores estudiantiles de ese país; y el principal responsable fue el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz Bolaños
Las desapariciones se realizaron durante esa noche en la que las fuerzas de la policía municipal de Iguala y de la vecina localidad de Cocula, produjeron distintos hechos represivos en una ruta del estado de Guerrero. En los días previos al ataque policial los estudiantes organizados habían protagonizado hechos de confrontación con el alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez.
Los prófugos Abarca y Pineda |
Ese 26 de septiembre unos 80 normalistas, luego la toma de tres autobuses, viajaron 100 km hasta el pueblo de Iguala, para recolectar fondos, protestar contra las reformas que busca implementar el gobierno estatal y exigir becas. Por la noche al dirigirse de vuelta hacia la escuela fueron interceptados en el camino por la policía municipal que respondía a Abarca, ahí murieron 6 personas y otras 25 resultaron heridas por los policías, quienes también atacaron a un autobús de un equipo de fútbol profesional de tercera división y mataron al chofer y a un jugador menor de edad. Pero unos 43 estudiantes que fueron detenidos por la policía municipal permanecen desaparecidos luego de ser entregados por los policías al grupo narcotraficante Guerreros Unidos, cercanos al cártel de los Beltrán Leyva, e integrado por parientes de la esposa de Abarca, María de los Ángeles Pineda Villa. El procurador general de la República de México, Jesús Murillo Karam, acusó a los prófugos Abarca Velázquez, el alcalde de Iguala, y a Pineda Villa, su esposa, como los responsables del ataque contra a los estudiantes de la escuela de Ayotzinapa, Pineda Villa es hermana de Salomón “El Molón” Pineda Villa, quien fue detenido en Cuernavaca, e integraba el grupo criminal Guerreros Unidos que participaron de la desaparición de los estudiantes. Otros dos hermanos de María fueron Mario. El MP, y Alberto, El Borrado, ambos fueron narcotraficantes y asesinados por órdenes del capo Arturo Beltrán Leyva. Varios policías y narcotraficantes detenidos señalaron fosas con decenas de cuerpos, la mayoría de esos cuerpos encontrados están calcinados y son sometidos a exámenes de ADN; hasta ahora la información oficial es que no se encontraron cuerpos de los 43 desaparecidos. En los trabajos de reconocimiento participan peritos de los Equipos de Antropología Forense de Argentina.
Zeid Ra'ad Al Hussein, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha considerado este caso como una desaparición forzada, “con todas las implicaciones internacionales que esto conlleva”. Este hecho y la lucha de los familiares y otros estudiantes, visibilizó otra vez una de las caras oscuras de una sociedad asediada por el narcotráfico y la militarización, la corrupción y el abandono del Estado, que son las miles de muertes impunes, que representan las fosas comunes que se descubrieron en estos días y que dan cuenta de algunos de los crímenes cometidos en democracia contra el pueblo mexicano. Pero sin olvidar que solamente durante el mandato del presidente anterior, Felipe Calderón Hinojosa, se denunciaron 20 mil desaparecidos, 70 mil muertos y 250 mil desplazados y que en los últimos ocho años se han encontrado más de 400 fosas clandestinas por todo México
Hace poco tiempo, en diciembre del 2011, dos estudiantes de esta Escuela Normal de Ayotzinapa, fueron asesinados por policías durante una protesta, en la cual un grupo de alumnos fue reprimido en el mismo municipio de Ayotzinapa cuando cortaban la autopista México-Acapulco, en reclamo del reinicio de las clases, suspendidas un mes y medio antes por las autoridades de la escuela:
A un mes de estos crímenes de Estado, es esencial la solidaridad y expresión de condena por parte de las organizaciones de los trabajadores y del pueblo de toda América Latina y el mundo. Levantamos, junto a los familiares, los estudiantes y el pueblo mexicano, la consigna unitaria de aparición con vida de los 43:
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”
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