
El 15 de agosto de 1972 se
fugaron de la cárcel de máxima seguridad de Rawson
(Pcia. De
Chubut), 25 presos políticos de las organizaciones FAR, ERP y
Montoneros, seis de ellos consiguieron llegar al aeropuerto de Trelew y escapar en avión hacia Chile y luego a Cuba, eran
Roberto Mario Santucho, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Quieto, Domingo Mena,
Marcos Osatinky y Enrique Gorriaran Merlo (ver el video 1 de Raymundo Gleyzer y el reportaje de Paco Urondo).
La matanza
Los
19 restantes, que no llegaron a
tiempo para subir al avión, se rindieron en el aeropuerto luego de una negociación (ver el video 2). A pesar de las garantías que les dieron frente al Juez y la Iglesia, en la madrugada del 22 de agosto de 1972 los militares los
fusilaron en la Base
Almirante Zar, allí murieron estos 16 compañeros: Rubén Bonet,
Jorge Ulla, Humberto Suárez, José Mena, Humberto Toschi, Miguel Angel Polti,
Mario Delfino, Alberto Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Lea Place, Ana María
Villarreal de Santucho, Carlos Astudillo, Alfredo Kohon, María Angélica
Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart. Pudieron sobrevivir a las balas de
los marinos fusiladores Alberto Camps, María Antonia Berger y Ricardo Haidar (ver los detalles en el video 2 y el reportaje de Paco Urondo), pero los tres luego serían víctimas de la dictadura cívico militar de 1976, como varios de los familiares y de los abogados de los presos políticos del penal de Rawson.
1-Raymundo Gleyzer Ni olvido ni perdón. La masacre de Trelew (parcial).
2-Raymundo Gleyzer Ni olvido ni perdón. La masacre de Trelew (parcial)
El Encubrimiento
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Edición del 23-8-72 |
El 23 de agosto los diarios, las revistas y los
medios audiovisuales publicaron el comunicado oficial de la dictadura casi sin cambiarle una
coma, así la masacre
de 16 presos políticos indefensos, apareció en los medios como un enfrentamiento entre unos “terroristas”
que se querían fugar otra vez y un grupo de militares que los enfrentó
cumpliendo su deber, pero, en realidad, fue un enfrentamiento con un saldo bastante extraño ya que todos los muertos
estaban de un solo lado, y tenían balazos en la espalda. Sólamente en el
n° 278 de la revista Panorama, su director Tomas
Eloy Martínez, presentó la realidad y denunció la masacre. Entre otras notas él
escribió: “Con fe o sin ella, de vuelta a la prisión, los 19 guerrilleros no
pensaban en la masacre del martes 22”
y calificaba el episodio como una “ejecución masiva”. Fue la primera mención de
la palabra “masacre”, además fue el último día de Eloy Martínez en esa revista porque lo echaron enseguida, y
muchos años después diría que el entonces capitán de navío Emilio Eduardo
Massera "...
llamó al dueño de la empresa que editaba la revista y le exigió que me despidiera".
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Revista Así 1972, nº847 |
A María Angélica Sabelli, Eduardo
Campello y Ana María Villarreal de Santucho los llevaron a la Capital Federal para velarlos y enterrarlos, pero la dictadura de Lanusse organizó un operativo policial represivo a las órdenes del general Tomás Sánchez de Bustamante, que invadió el local de Avenida La Plata 256, donde se los velaba, atacó y echó a los que habían ido y luego los policías se llevaron los féretros (ver imagen y video 3). En la revista Así se describía en 1972 que "...llegó al lugar una enorme cantidad de policías...fuertemente pertrechados, tenían por misión desalojar la sala mortuoria y despejar la zona para adelantar la inhumación de los tres extremistas..."
3-Imágenes tomadas del documental de Mariana Arruti "Trelew, la fuga que fue masacre"
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El Juicio en el 2012 |
La Armada, y el dictador
Lanusse facilitaron el ocultamiento de sus hombres, para eso se los premió con
ascensos y nombramientos como agregados navales en embajadas (ver video 2), también se les ofreció ayuda para establecerse en otros países (ej. el represor
Roberto Guillermo Bravo, aún impune), y apoyo mediático e institucional para instalar que el asesinato estaba justificado. Uno de los jefes de la base, Horacio Mayorga declaró en el juicio del 2012 “Los tuvimos que sacar y protegerlos, porque corría
riesgo la vida de esa gente que había actuado en cumplimiento del deber”. Pero, gracias a la lucha de los familiares y amigos, algo de justicia llegó el 6 de octubre de 2012, cuando el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia,
integrado por Enrique Jorge Guanziroli, Pedro José De Diego y Nora María
Cabrera de Monella, condenó a prisión perpetua
a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino, como "coautores
responsables del homicidio con alevosía" de los 16 presos políticos y tres
tentativas, pero absolvieron a Rubén Paccagnini, jefe de la base Almirante Zar
cuando ocurrieron los hechos. Los jueces pidieron insistir en la extradición
que pesa sobre Roberto Guillermo Bravo, quien reside en los Estados Unidos y está protegido ahí. Además ahora la Base Almirante Zar es un Sitio de la Memoria ya que la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Chubut inauguraron en la Base Aeronaval los pilares que representan la Memoria, la Verdad y la Justicia, siguiendo la política de preservación y señalización de los ex centros clandestinos de detención y otros espacios vinculados con la represión ilegal y los crímenes de lesa humanidad.
La insurrección de octubre
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Las movilizaciones |
Pero en ese 1972 también hubo una
revuelta popular en Trelew, ya que en octubre hubo un levantamiento popular espontáneo y masivo contra la injusticia del accionar de la dictadura que muchos llaman Trelewazo, así se logró rescatar a dieciséis habitantes de la ciudad que
habían sido apresados y trasladados “por subversivos”; los arrestos fueron durante un operativo rastrillo ordenado
por el Comando del Quinto Cuerpo de Ejército. A la vez que se iban produciendo
los allanamientos y detenciones callejeras por toda la ciudad, los detenidos eran trasladados a un
campamento militar improvisado que se había montado en terrenos cercanos al
aeropuerto local y luego serían transportados a Villa Devoto en un avión Hércules,
bajo las órdenes del dictador Alejandro Agustín Lanusse. La irritación y el disgusto del pueblo fue enorme y la paralización y
cierre de comercios fue casi total, a pesar de que la Cámara de Comercio y la CGT no adhirieron (sí lo hicieron los sindicatos locales). En una de las tantas movilizaciones, desde
los barrios bajaron a la plaza principal unas 6.000 personas, casi la cuarta parte
de la ciudad. El gobernador de facto, Contralmirante (Re) Jorge Alfredo Costa, tuvo que viajar a Buenos Aires parar intentar traer a los prisioneros y por varios días la mayoría del pueblo se mantuvo en las calles y en el Teatro Municipal en la "Asamblea del Pueblo", hasta que volvió el último de los 16 trasladados y Mario Abel Amaya arrestado un tiempo antes. En el 2009 Tomas
Eloy Martínez escribió que este “.
..segundo hecho ha caído en un olvido injusto. Es el
alzamiento de toda la población de Trelew contra el poder militar que el 11 de
octubre [de 1972]
arrestó a dieciséis vecinos de la ciudad y los trasladó al penal de
Villa Devoto sin explicación alguna. Los habitantes decidieron declararse en
estado de comuna y rebeldía para exigir que les devolvieran sus presos. Las
manifestaciones duraron tres días y no se acallaron hasta que regresó el
último. Es una historia tan importante que no tiene parangón, dice uno de los
protagonistas. Para mí fue mucho más que el Cordobazo... En la Patagonia, donde abundan
las historias trágicas, son raras las epopeyas que dejan en el tiempo un eco de
justicia...". 36 años después Echeverría, uno de esos presos, dijo “Es categórico.
Gracias a la movilización del pueblo de Trelew salimos libres y eso no tiene
hoy una pizca de discusión”. El abogado radical Mario Amaya fue detenido-desaparecido en octubre de 1976.
Partes del reportaje de Paco Urondo a los sobrevivientes de la masacre:
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