domingo, 7 de julio de 2013

La escuela que llevaba el nombre del genocida Falcón llevará el nombre del docente desaparecido Chinetti

Jorge L. Chinetti
A fines de junio pasado en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se aprobó definitivamente la iniciativa, presentada en el año 2012 por la legisladora Laura García Tuñón, que proponía denominar “Maestro Jorge Luis Chinetti” a la Escuela 15 del Distrito Escolar 6º, un establecimiento con intensificación en Educación Física. La escuela que está ubicada desde el 2004 en el Pasaje Uriburu 876 y Estados Unidos, llevaba el nombre del represor y genocida de pueblos originarios, Ramón Lorenzo Falcón. El cambio de nombre había sido propuesto por  la comunidad educativa de la escuela a fines del 2011,  luego de unos meses de debate y fue aprobado en audiencia pública en abril de este año.

Jorge Luis Chinetti fue docente de Educación Física y está desaparecido desde el 16 de agosto de 1977, cuando fue secuestrado por un grupo de civiles armados en la esquina de la Escuela N° 24 DE 17, “Roberto M. Ortiz” del barrio porteño de Villa Devoto y luego de dar clase en esa escuela. Chinetti tenía 27 años, estaba casado y tenía una hija de sólo dos meses llamada Natalia.

Es importante recordar quien fue Falcón para comprender porqué en la comunidad educativa surgió la necesidad de cambiar el nombre de un represor por el de un docente y luchador social como Jorge. Ramón Lorenzo Falcón  fue el primer cadete del Colegio Militar creado por Sarmiento, del cual egresó en 1873, siendo de los primeros militares argentinos que usaron los fusiles Remington y ametralladoras en combate, fue en la batalla del arroyo Don Gonzalo (Entre Ríos), contra López Jordan. Luego participó del genocidio conocido como  “Campaña del Desierto”, persiguiendo y asesinando a los pueblos originarios de la Patagonia, según Osvaldo Bayer Falcón fue  "el mejor oficial del general Julio Argentino Roca en la matanza"; a fines del siglo XIX fue  comisario de la policía de la Provincia de Buenos Aires y jefe de Guardiacárceles, así llega al grado de coronel.

El genocida represor Ramón L. Falcón
En 1906 recibió el nombramiento de jefe de policía de la Capital Federal y ya el 1º de mayo de ese año ordenó una represión brutal a los actos obreros, pero en eso no fue el primero, porque la represión en la Argentina contra los trabajadores por los actos del 1º de Mayo, comienza en 1904 en la masacre de la plaza Mazzini (la actual Plaza Roma en la avenida Leandro N. Alem), y sólo dos años después que Roca promulgara la Ley 4144 "de Residencia" en 1902; esta ley recién fue derogada por Frondizi en 1958, para imponer el plan CONINTES.

En julio de 1907, después que los dueños de los conventillos del barrio Sur de la Capital, deciden aumentar los alquileres y los inquilinos se resisten a pagar, un juez ordena los desalojos. Ramón Falcón es el que dirige el ataque de la policía y los bomberos que tratan de desalojarlos, con chorros de agua helada y a golpes con sables y palos,  pero los trabajadores que habitaban los conventillos, en especial las mujeres porque la mayoría de los hombres trabajan afuera, van a resistir muchos de esos ataques hasta que, finalmente, terminan refugiándose en los campamentos organizados por los sindicatos anarquistas.

El 1º de mayo de 1909 Falcón dirige y ordena personalmente la matanza en la Plaza Lorea, pero de lejos mientras miraba desde un auto. Cuando iba a comenzar a marchar la columna organizada por los sindicatos anarquistas de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), la Policía los ataca con la fusilería de la infantería y, después, Falcón ordena la arremetida de la caballería a golpes de sable y disparos de revólveres, hiriendo y asesinando a muchos obreros; nunca se va a saber el número exacto de víctimas, el diario la Prensa publicó que fueron 8 los muertos, mientras que el diario socialista La Vanguardia denunció a más de 50 asesinatos y decenas de heridos. Inmediatamente la FORA y el Partido Socialista junto a sus aliados de la Unión General de Trabajadores (UGT), llamaron a la que fue la huelga general más importante que se había conocido hasta ese momento en el país, es la llamada Semana Roja de 1909, ya que se sigue con lucha y represión hasta el 8 de mayo, cuando el gobierno de José Figueroa Alcorta acepta negociar con el Comité de Huelga, también por primera vez en nuestra historia. Aunque se consiguieron algunas concesiones no se logró la renuncia de Falcón protegido por el presidente Figueroa Alcorta.

Stencil con el rostro de Radowitzky
El 14 de noviembre de 1909 fue el momento de la acción de la justicia popular, ese día Falcón salía del cementerio de la Recoleta donde se había hecho presente para despedir los restos de Antonio Ballvé, director de la Penitenciaría Nacional y amigo de Falcón, iba en un carruaje con su ayudante Alberto Lartigau al lado, cuando dobló por Callao un hombre se les acerca corriendo y arroja una bomba fabricada por él, que explota en las piernas de ambos y mueren poco después, lamentablemente por Lartigau. El acto de justicia lo realizó un joven de sólo 18 años, obrero metalúrgico y anarquista, nacido en Rusia que se llamaba Simón Radowitzky; sobre su captura y condena escribió Bayer "Simón trata de suicidarse pero es capturado, condenado a muerte y luego, como es menor de edad, a prisión perpetua a cumplir en el penal de Ushuaia, con el agravante de que cada año, en oportunidad de cumplirse cada aniversario de su atentado contra Falcón 'deberá ser llevado a reclusión solitaria a pan y agua durante veinte días', como dirá la sentencia... Simón fue una figura legendaria del movimiento obrero argentino en las tres primeras décadas del siglo XX ... fue un verdadero héroe del pueblo". Con un intento de fuga en el medio, Simón Radowitzky estuvo recluido en Ushuaia hasta que, en 1930, Yrigoyen lo indultó, fue a Uruguay desterrado y en 1936 se alistó en las Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo de Franco, en 1940 se quedó en México donde murió en 1956. El pasado mayo se estrenó en cines argentinos un documental sobre su vida, llamado "Simón hijo del Pueblo" que continúa en exhibición.

Falcón fue el primer cadete y, como la mayoría de los posteriores miembros del Ejército Argentino egresados del Colegio Militar, fue primordial en la represión desatada por los terretenientes y empresarios argentinos y extranjeros y los representantes de todas las compañías de capital foráneo contra la clases populares en Argentina y así reforzar y seguir manteniendo sus privilegios.

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